jueves, 29 de diciembre de 2016

Suelto viene del verbo, soltar. Es sólo una palabra

Repito, me repito, digo, medito, suelto. Creo no estar en la mente y elaboro emociones. Vuelvo a soltar. Me encuentro otra vez en mi. El cuerpo de duele un poco, me recupero de una lesión profunda que me hizo frenar en un arranque. Me doy el tiempo para entender por qué me lastimé y la vida sigue. Es fin de año, de este acuerdo. El primero de enero todos volvemos a arrancar algo.

Trato de resumir emociones, pero lo que pasa es que me tomé una semana de vacaciones en noviembre y se me cambió el panorama. Me tomé una pausa antes de La pausa y ya no sé si lo que se termina es sólo este mes. Parece que algo ya arrancó. Será que cuando termine el 31 los árboles me contarán algo nuevo. No lo sé. Leyendo cosas sobre Plutón la conclusión sería que cada instante consciente es una muerte y un nacimiento, pero agobio. Asusto, me asusto, nos asustamos de sentir, acudimos con urgencia a las conclusiones y análisis apurados. Será que a veces por pensar me pierdo algunas novedades.

Lo siento, perdón. Gracias.

No es que las pierda, es mi mirada que marca el recorrido. Hacia dónde se dirigirán los ojos durante estas 13 lunas, me pregunto. Qué emoción. Me encantan los comienzos, y las novedades. Espero aprender a no apurarme, sobre todo con la cabeza.

martes, 27 de diciembre de 2016

laberinto de caras

Chequeo fcbk y estoy tentada de cambiar mi vida por un posteo de Mia Astral. Me copé con un flaco y lo stalkie un toque, hasta que llegué a su ex y me pregunté si es que no tengo nada que hacer.

Salí y encontré una oruga anidando en la terraza, un bicho bolita atravesando el patio y un mate viejo y frío sobre la mesa de la cocina, al volver.

No se piense que estoy enamorada. Sólo acabo de escuchar el disco solista de Santiago Motorizado y un poco me mueve. Pero decidí aprenderme una canción y hacerla mía, así me puedo hacer la graciosa cuando la canto y no se nota que tiene dedicatoria.

Fin de año, pensé que podía con vos. Pero parece un aluvión esto. Escribo. Cosa que ya casi no hago.

El Brother David Stendhal Rast dice que para estar tranquilos, en paz, hay que estar agradecidos. Eso también lo leí en fcbk. 

sábado, 17 de diciembre de 2016

ya termina diciembre

Escucho música en español que puedo cantar. Me duele el útero que se desprende de sangre y alimento como si estuvieran pinchándome el hueso sacro, el final de mi columbra vertebral. Respiro y me calmo pero en cuanto me estiro hacia adelante la cintura hierve.

El día es perfecto. Hay sol, no hace calor, falta una semana para Navidad. No sé qué voy a hacer el 24 ni el 31, ni cómo arrancará el año que viene. Tengo que tomar decisiones e impulsar proyectos. Siento dolor en el alma también por momentos, pero estoy acostumbrada. Ya no me asusta, aunque no deja de sorprenderme.

Busco refugio en el bosque desde hace un tiempo, el oxígeno verde y fresco me calma. Los árboles me enamoran. Los abrazo con pasión. Es un bosque de más de cien años, me pierdo en su silencio. No importa mucho más, mientras existan los bosques, las selvas y el mar. No importa demasiado nada más. Aunque me desviva por aprender a amar y desear en armonía con el resto de la humanidad, para que mis sueños se cumplan, caigo en la cuenta de que muchas veces sólo se trata de haber aprendido a manipular la percepción. El tema es que el bosque siga creciendo y el agua del mar alimentándolo de aire salado.

Camino por un túnel de hojas verdes al amanecer. El rocío me limpia los pies, algún perro desvelado me ladra. Estoy sola. Extasiada.

Esas respiraciones viven en mi largo rato. Las amo eternamente. 

domingo, 4 de diciembre de 2016

marte toca el sol y se lleva las armas

Por momentos parece demasiado el movimiento. Avanzo como un canto rodado sin tiempo, entre las sierras y las nubes, los cardos y las flores. Hoy, que Marte transita el lugar donde estaba el Sol cuando nací -lo mismo que decir que los inicios, la energía del fuego, de la agresividad, de la energía dirigida, alumbra mi ser-, siento cosas. Siento que ya no quiero pelear más, principalmente. Con lo que soy y lo que debería ser, con las personas que me encuentro, con el mundo en el que vivo.

Siento como una renuncia inevitable soltar las armas del discurso y las argumentaciones mentales que me hacen enfrentarme con lo que existe. Esas que me hacen sentir distinta o que cortan con navaja los vínculos que me recrean. Quiero unirme a la mutación amorosa de las partículas que nos constituyen y nadar de amor en la realidad compartida. Dejar de pensar que el mundo no está bien, que como humanidad estamos haciendo las cosas mal, que la naturaleza está hambrienta de nuestro cambio.

Quiero sentir que está todo bien, aceptar a la vida presente como este tránsito misterioso de experiencias insólitas. Sanar mi dolor para sanar con todos, para sanar Uno, que es lo que existe. Quiero romper el cristal de la vincularidad como reafirmación y lucha de un ego que pretende ser fijo porque no se da cuenta de que no es más que un átomo de humanidad en mutación.

Hoy pido perdón a los que ofendo con lo que pienso, digo y hago, me pido perdón a mí por sentirme separada de lo que soy capaz de ver. Hoy suelto las armas y abro los brazos.

Me integro en la respiración que no cesa y nado por las venas del sentir. Cada rincón del cuerpo que es este mundo. ¿Estás acá? ¿Vos también podés sentirlo?

Ese misterio me carcome por dentro. Calculo que ahí nace mi miedo y el enojo. ¿Alguien sentirá como yo? Es la ilusión del no conflicto la que atormenta tanto como la violencia que vivencié en las supuestas resoluciones. Hoy quiero nadar panza arriba y que la marea me lleve, haré mi esfuerzo por flotar, por confiar en el sostén del agua y en el aire que respire, y llegaré a una costa que es el horizonte de este comienzo. Ignorancia absoluta de cómo pueda llegar a ser ese espacio que me estoy creando, pero deseo de corazón que allí no haya personas que sufran por acciones de otros, que exista el diálogo y la infinita creatividad de los sentidos. Que será bello, ya ni lo dudo. Me llevo mis ojos y el espacio desde donde enfoco, desde donde escucho y huelo, desde donde toco y canto.