Karma es mi acción de ayer, hoy. Mi acción de hoy, mi mañana
construido. Karma es aceptar mi fluir y comprometerme con la libertad del
camino personal. Karma es vivir donde vivo, el lugar físico y el lugar
espiritual, desatando la ilusión del sufrimiento y aceptando la contención del
instante eterno. Karma es conciencia en mis palabras, acciones y pensamientos.
Es construirlos con sentido. Una decisión marca el rumbo, el amor me contiene
en los tropiezos y dificultades. Karma es amor, en ausencia o en presencia.
Karma no es solemne, no es sólo intensidad y obsesión por la
liberación. La liberación ya está sellada, karma es fluir en mi camino de
desarrollo y crecimiento. Crecer también es aprender a reir, aprender a bailar,
bailar y disfrutar, cantar y jugar. Karma es la desaparición de lo bueno y de
lo malo, es el diálogo constante con la inevitable impermanencia. Karma es
dirección y silencio. Karma es sinceridad. Inocencia.
El karma es esa ley o discusión con los hechos que percibe
el cuerpo, karma es la iluminación célula por célula, sin tiempo ni ansiedad.
Es registrar patrones, reconocer la ley de la naturaleza donde todo se transforma. Karma no es ingenuidad, es madurez y compromiso, es la
manifestación clara y precisa del mundo y la vida que creo, en la que creo.
Creo que existen cosas que me lastiman, no tardarán en
aparecer. Creo que hay eventos que me enseñan, no tardaré en crecer. Quiero
aprender a amar, a ser generoso y solidario, no tardará en aparecer quien me lo
enseñe. Plantas, animales, parientes, amigos, amantes, amores. En diálogo, en
colaboración, en red, en solidaridad.
No necesito saber qué hice en vidas pasadas, si abro los
ojos todas las vidas se manifiestan en esta, y el respeto, la intuición y la empatía con los demás me
permiten comprenderlo, sanarlo, liberarlo, olvidarlo para cantar un Om en medio
del vacío. Karma es el sistema financiero del alma, no hay competencia ni
créditos, hay aciones y consecuencias, compromisos y satisfacciones. Karma no
es deseo hecho instante fugaz, karma es deseo manifestado por ser intención
sincera del alma. Karma es convivencia con la energía vital y nuestro instinto
de supervivencia, karma es nuestro destino construido por nosotros mismos.
Karma es maestro, karma es aprender a ser agradecido o vivir en la carencia,
karma es eso que nos duele y de lo que no podemos escapar. Karma es aire y
disolución en el instante honesto de la evaluación personal. Karma es amor
pidiendo espacio.
Karma es escribir esto y saber que algo cambiará. Karma es
no saber qué podrá ser. Karma es saber que sólo podrá ser amor.