miércoles, 23 de abril de 2014

hoy que es lo que hay

si nos iluminamos todos juntos
si dejamos de luchar
hoy dormí hasta que ya no tenía más sentido soñar

no quería levantarme de la cama
pero el sueño era aburrido

afuera salía el sol
los gatos jugaban
me esperaba la compu para escribir

y si nos iluminamos todos juntos
si vivimos el sueño

si nos empezamos a divertir


domingo, 20 de abril de 2014

fogón pascuero

Me desperté después de haber compartido una cena y un fuego con amigas. La luna partida al medio brillaba en medio de la ciudad. Mujeres, en los treintas, sentadas en una terraza rodeada de edicifios, tomando té, o vino o cerveza, deseando la felicidad, cuestionándonos de qué manera vivimos nuestros procesos más íntimos, nuestros vínculos con los hombres, nuestra seguridad frente a lo que hacemos, frente a la vida que elegimos. Intentando ayudarnos, escuchándonos, queriendo creer. La decisión de la noche fue que vamos a empezar a bailar más.



Amanecí en mi cama con Hindi, el gatito marrón de lomo blanco que vive en mi hogar, apoyado en la palma de mi mano y León, su hermano, acurrucado cerquita de mis piernas. Me desperté rodeada de amor. Ayer prendí en el fuego a la mariana que ya no seré. Y abajo de la ducha -el olor a humo del fogón me acompañó toda la noche- reflexioné, porque seamos religiosos o no, creamos en órdenes superiores o no, intuyamos que hay cosas que no entendemos que nos sostienen o lo que sea, hoy es un aniversario.

Me apareció esta afirmación:

¡Es el día que Jesús deja de ser víctima!

podemos quitar el nombre y llamarlo, un hombre! un hombre deja de ser víctima!
me alegré de pensarlo! Ya ni la muerte ni la tortura sufrida es excusa! hoy la historia nos cuenta que un hombre eligió ser absolutamente vehemente y el destino le regaló renacer, resucitar.

 Hoy ya no está crucificado ni muerto, está vivo. Ya no hay quien llora a su alrededor, no hay sangre.

Jesús es una conciencia. El revolucionario, el que entiende que el amor es el camino, lo dice, lo grita, lo afirma, lo comparte, y muere por eso.

Es la conciencia del sacrificio y del trabajo duro, es una parte de nuestro ser, de nuestra alma. Jesús vive en nuestros corazones, como vive la ecuanimidad de Buda y su infinita paz.

Jesús se anima porque sabe que si muere, resucita, muere hoy, ayer y mañana, porque se entrega en cuerpo y alma a lo que siente que es el sentido de su vida: compartir su diálogo con dios.

Y nosotros acá, a dos mil años del suceso histórico seguimos creyendo que es una figura de enciclopedia o un líder espiritual, y no una parte de nosotros. Seguimos creyendo que murió por nosotros, y a él gracias y a nosotros pecadores mil perdones.

Jesús es la conciencia de que la vida no vale sin pasión, sin entrega y sin sacrificio. Hoy la historia nos dice, anímense a morir, que la vida es eterna, que no hay qué temer, más que a vivir sin buscar, sin compartir, sin tener la intención de evolucionar y de encontrar el amor universal, sin ser el ser supremo que somos en colectivo, sin vernos en el otro, sin compasión.

Si estuviese de nuevo frente al fuego, me vuelvo a parar, hago otro bollito de papel, agarro otro pedazo de madera como hice anoche y digo: despido a la víctima, a la golpeada, a la presa del destino. Recibo la nueva vida, la libertad, la liberación. Como el tiempo no existe más que en ilusión, arde una madera en el fuego del espacio y se escucha vibrar un Om.

Feliz vida,

:)

que todos los seres seamos felices!

miércoles, 16 de abril de 2014

reivindicar internet

Siento que cada vez que comparto infomración en la gran red de computadoras mundiales, alimento esta enajenación que estamos viviendo; como si tirara basura al riachuelo. La información ya no me la dan los medios de comunicación tradicionales, y surfeo internet alejándome de lo que de verdad me importa que son los vínculos reales, los encuentros en carne y hueso, los intercambios, los aprendizajes compartidos.

Este sistema que todo lo cosifica, que todo lo vuelve un "producto", que todo tiene un valor económico, o por el tiempo, o por la cantidad de billetes en los que se lo cotiza, de golpe compró herramientas en donde  me parecía que encontraba la información que me importaba, en donde compartía con los amigos las cosas que nos interesan. Medio que me desinflé de entusiasmo, me perdí en la vorágine y la información se me escurrió entre las manos. Me quedé sola, intentando promocionar las clases de yoga que estoy dando o compartiendo algo de lo que escribo, pero sintiéndome cada vez más lejos de sentir que hay alguien del otro lado.

Si el eclipse brutal del otro día, más el fin del 2012, más la locura generalizada, más las ganas de amor que se sienten en el aire fueron de verdad la posibilidad de atravesar un umbral, me paro del otro lado, me vuelvo a ubicar en las herramientas que tengo y los vuelvo a invitar a encontrarnos.

Quizás este pueda ser un lugar.

Los últimos meses sentí que el mundo se me presentó después del exilio y la exclusión voluntaria, después de haberme ido a navegar universos interiores. De golpe la belleza se manifiesta real, el amor se multiplica en amigos y la salud es el trabajo diario. La física, mental y emocional.

Me dieron ganas de retomar las herramientas, y de revalorizarlas, de volver a confiar en que podemos elegir y direccionar la atención en el maremoto de estímulos incandescentes. Y de que Internet puede ser un espacio convocante.

El post vuelve a ser afirmación y en medio de la calle grito si hay alguien ahi? Si hay alguien, pues, volvamos a compartir momentos, tomemos más té y menos ansiolíticos y volvamos a creer que creamos amor, solidaridad y ternura.

En esta sensación de explosión de ansiedad y amor, y de un profundo agradecimiento a todos los maestros de lo cotidiano que  me cruzo en este camino de ilusión y meditación que es la vida, inauguré un nuevo espacio internético en donde publicar cosas que me inspiran:

Amigos en Red

Y me vuelve la incertidumbre de si esto vale la pena, de que creo que mezclé cosas y escribí medio cualquiera, por momentos se cruza la idea de que todo es un poco al pedo. Sin embargo, hoy lo hago, hoy lo creo, hoy escribo. De qué hacemos la vida si no de acciones absurdas, disfrutables, llenas esfuerzo y miedo combinados.

Me digo: a no perder más tiempo navegando excesos cibernéticos, que vuelva la intención de comunicarnos.