domingo, 7 de febrero de 2016

Momentos de té

Volver al blog es volver a mí en muchos aspectos. Escribir en este cuaderno virtual es todavía, 6 años después de mi primer post -allá cuando se publicaba en perfil.com- una decisión de viajar para adentro.

Será la palabra momentos que guía la energía de este espacio.

El momento de fundirse en el amor. El momento de preparar un té para un amigo. Ese rato de saborear agua coloreada por hojas secas.

Los recuerdos de los paisajes de las plantaciones de Corrientes y Misiones. Y de las mismas plantas creciendo a los pies de los Himalayas, al este y al oeste del norte de la India.

Fue mi cumpleaños hace unos días, y fue un momento que cambió todos. La proyección de los deseos para crecer junto con el Tiempo, la sensibilidad a flor de piel por las demostraciones de afecto y por la lucha interna que todavía le cuesta bienrecibir al amor. Que por momentos prefiere pensar que quiero pero no soy querida.

Esa injusta cristalización de la mente. A esa que estamos tratando con comida casera, con buenos descansos, palabras leídas, escuchadas y compartidas y con prácticas corporales que buscan la consciencia del Ser. Ese que me atraviesa y me calma cuando quiero controlar y me repite que es imposible.

Ese que me dibuja sonrisas y risotadas en soledad, y que me abre a compartirlas cada día un poco más con quienes están cerca.

La vida es un misterio tan grande que me sorprende querer seguir viviendo. Pero es tan bella. Vivir es un arte. Estamos destinados a ser belleza.

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