Despues de recorrer un poco Rajastan, decidi descansar del calor y acercarme a las montanias. Parvati Valley, primero, en la provincia de Himachal Pradesh, y ahora Mc Leod Ganj. Ay, este lugar, es un microclima.
Entre las montanias, este pueblo a 10 kilometros de Dharamsala, es el hogar del Dalai Lama y los refugiados tibetanos exiliados por la ocupacion china de Tibet. Por aca son todas tunicas moradas, cabezas rapadas y sonrisas de ojos estirados. Esta lleno de turistas y por momentos uno se pregunta si de verdad los que llegan saben donde estan. El pueblo tibetano, que nunca fue chino, esta siendo acosado y perseguido desde hace mas de 50 anios.
Ese es un capitulo aparte. La vida en el exilio, las familias tibetanas nacidas en india, la austeridad de la residencia del Dalai Lama, la sensacion de su presencia, la energia cristalina de los monjes, la suave comida tibetana, y el te. Si, te verde y en hebras. Algo dificil de encontrar en otras ciudades indias, ahora acompania todas mis manianas. Ya les voy a contar del te tibetano, una emulsion con manteca.
Y aca me quedare un tiempo, voy a tomar cursos y vivir un poco el lugar. Sera la paz budista. O tal vez la energia de la montania me abraza y me retiene un poco. Y, debo confesar, tambien es la que me cansa: todo es subida o bajada, voy para alla, vuelvo para aca. Ahora estoy viviendo en un pueblo que se llama Dharamkot, a 2 kilometros del monasterio tibetano hacia arriba. Hoy tuve un dia duro, camine mucho entre el bosque y las montanias, espiando los picos nevados que cada tanto se dejar ver. Despues de agotar la energia de mis piernas, como esos regalos de la vida, encontre uno de estos tipicos bares de aca: colchones en el piso, mantas, almohadones de distintas formas y te. Sola, me eche a escuchar musica, mirar al bosque y tomar del vaso calentito. Volvi al chai bien especiado y no tan dulce. Y dicho sea de paso, mi salud anda muy bien, gracias a los que se preocuparon.

Escribo mezclado. Lo se. Pasaron muchos dias, y aca sigue siendo una vida cada 24 horas. Sin embargo, una tranquilidad muy profunda me tiene protegida. India puede ser tan dificil como apasionante, tan cansadora como relajante, tan desilusionante como maravillosa. Y asi, uno pasa el dia, entre emociones y contradicciones. Y se disfruta, claro, este vivir en movimiento sin un rumbo definido, disfruto de la sensacion de libertad mas profunda que tuve en mi vida. Y con eso, sobran motivos para sacarse los zapatos, descansar la cabeza y disfrutar de un momento, el momento.