viernes, 25 de mayo de 2012

De asanas y celebraciones


Entre esas flores y detras de esa enredadera, debajo de un bosque de pinos y entre las montanias, cada dia a las 6 de la maniana me cuelgo patas para arriba, y me quedo un rato. A veces siento cuando cada vertebra empieza a tomar distancia de la siguiente. Por momentos duele, pero siempre me llena de aire los pulmones. En ayunas, claro, despues arranca la clase que dura 3 horas. 3 horas diarias de reflexionar en donde pongo el peso de mi cuerpo, y en donde debo hacerlo si quiero libertad. Sharat -el director,creador,guru del Himalayan Iyengar Yoga Center- nos habla mientras intentamos no sufrir y disfrutar de las posturas aunque nos pidan mucho esfuerzo. Hace unos dias nos hablo del espacio y de la libertad, y me encantaron sus palabras, todavia resuenan por ahi: la libertad esta en el espacio, y en el espacio no tiene que haber nada, es ese lugar vacio entre nuestros pulmones y abdomen donde esta la libertad en nuestro cuerpo y no tenemos que perderla forzando elongaciones sin sentido o perdiendo la conciencia de donde estan nuestras raices, nuestra base. Alli, ese espacio es nuestro propio internet, ahi esta toda la infornacion, en el vacio. Ahi encontramos la verdad, esta nuestro ser.


Este miercoles, el centro festejo 10 anios de existencia. Mi karma yoga, mi colaboracion, fue sacar fotos. Arranco a la maniana temprano con una celebracion hindu. Le agradecimos a los dioses y ofrecimos al fuego. Almorzamos todos juntos, se proyectaron peliculas de grandes gurues -yo mire una Krishnamurti- y a la noche hubo musica y terminamos bailando e improvisando con instrumentos de todos lados. Afuera, siempre un termo con te caliente, chai o infusiones de hierbas. Fue un gran dia. En esa foto estan varios de mis companieros y maestros, entre ellos Leo, un argentino que vale la pena viajar hasta India para tomar sus clases.

Y aca estoy, sigo instalada, y todo indica que sera por un tiempo mas. Mientras, sigo hirviendo jengibre y cardamomo. 

martes, 15 de mayo de 2012

El te es un viaje

Hay dias que me pregunto por que sigo con el blog  Momentos de te, si escribo de cualquier otra cosa. Estoy de viaje, quiero contar colores y anecdotas y el blog es sobre te. Es sobre te?


India me trae hacia adentro. Me replantea, me hace sentir una pagina en blanco. Como esta que ahora estoy llenando. Sin poder evitarlo miro para atras, pienso como empezo todo y creo que claro, que momentos de te son los que vivo, porque esta bebida noble, sencilla y sin pretenciones es la que me introdujo en este mundo, la que me trajo hasta aca, la que me hace viajar a distitnas culturas, la que me hace disfrutar del ahora, compartido o en soledad. Fue una primera hoja en blanco, hace un tiempo ya, y ahora otra vez.

Aca, en mi hogar temporario en McLeod Ganj, en la montania, me dedico a hacer yoga, a meditar, a intentar quitar capas que me alejan de mi esencia. Soy, entre muchos otros que recien conozco y que ya son familia, aunque sea por un rato. Me muevo, como cualquier elemento.



Y como si no pudiera evitarlo, cuando todo para, amigos nuevos se sientan conmigo y yo con ellos. Y compartimos un te.

viernes, 11 de mayo de 2012

Como en casa




Ahi, entre esas casas en medio de la montania vivo. Ahi, entre medio de esos arboles, hago un curso de yoga que es un renacer. Ahi, soy feliz.
Y por esas casualidades de la vida vivo en el mismo guest house que una de mis profesoras de yoga. Y sabe que me gusta el te. Y me regalo unos saquitos tulsi organico con un toque de rosa. Sin cafeina, para no interrumpir la sensacion de relax que dejan las 3 horas de asanas -posturas- diarias. Y lo disfrute en el balcon de mi casa. Y lo comparto con ustedes. 





lunes, 7 de mayo de 2012

Un lugar especial

Despues de recorrer un poco Rajastan, decidi descansar del calor y acercarme a las montanias. Parvati Valley, primero, en la provincia de Himachal Pradesh, y ahora Mc Leod Ganj. Ay, este lugar, es un microclima.

Entre las montanias, este pueblo a 10 kilometros de Dharamsala, es el hogar del Dalai Lama y los refugiados tibetanos exiliados por la ocupacion china de Tibet. Por aca son todas tunicas moradas, cabezas rapadas y sonrisas de ojos estirados. Esta lleno de turistas y por momentos uno se pregunta si de verdad los que llegan saben donde estan. El pueblo tibetano, que nunca fue chino, esta siendo acosado y perseguido desde hace mas de 50 anios.


Ese es un capitulo aparte. La vida en el exilio, las familias tibetanas nacidas en india, la austeridad de la residencia del Dalai Lama, la sensacion de su presencia, la energia cristalina de los monjes, la suave comida tibetana, y el te. Si, te verde y en hebras. Algo dificil de encontrar en otras ciudades indias, ahora acompania todas mis manianas. Ya les voy a contar del te tibetano, una emulsion con manteca.

Y aca me quedare un tiempo, voy a tomar cursos y vivir un poco el lugar. Sera la paz budista. O tal vez la energia de la montania me abraza y me retiene un poco. Y, debo confesar, tambien es la que me cansa: todo es subida o bajada, voy para alla, vuelvo para aca. Ahora estoy viviendo en un pueblo que se llama Dharamkot, a 2 kilometros del monasterio tibetano hacia arriba. Hoy tuve un dia duro, camine mucho entre el bosque y las montanias, espiando los picos nevados que cada tanto se dejar ver. Despues de agotar la energia de mis piernas, como esos regalos de la vida, encontre uno de estos tipicos bares de aca: colchones en el piso, mantas, almohadones de distintas formas y te. Sola, me eche a escuchar musica, mirar al bosque y tomar del vaso calentito. Volvi al chai bien especiado y no tan dulce. Y dicho sea de paso, mi salud anda muy bien, gracias a los que se preocuparon.


Escribo mezclado. Lo se. Pasaron muchos dias, y aca sigue siendo una vida cada 24 horas. Sin embargo, una tranquilidad muy profunda me tiene protegida. India puede ser tan dificil como apasionante, tan cansadora como relajante, tan desilusionante como maravillosa. Y asi, uno pasa el dia, entre emociones y contradicciones. Y se disfruta, claro, este vivir en movimiento sin un rumbo definido, disfruto de la sensacion de libertad mas profunda que tuve en mi vida. Y con eso, sobran motivos para sacarse los zapatos, descansar la cabeza y disfrutar de un momento, el momento.

martes, 1 de mayo de 2012

Mas leche que te

La intensidad de India es dificil de transmitir. Bocinas, bocinas, muchos autos, miradas, motos, bicicletas, carros tirados por camellos, eructos, en el medio elefantes, manadas de bufalos, ardillas entre los arboles y edificios, monos en las terrazas, olores, de los ricos y de los no tanto, y las vacas, siempre las vacas, como aisladas de toda realidad. Son las reinas. Es que aca la leche es muy importante.



Es como mucho para mi. Hacia tiempo que no tomaba tanta leche y mi higado se quejo un poco. Ademas, abuse del kachori, una fritanga callejera hecha de papa y picantes que me liquido. Estuve con un poco de fiebre y mucho dolor de cabeza, ademas del dolor de panza. Por suerte, estoy con una familia divina en Amer, un pueblo en la periferia de Jaipur donde se encuentra el Amber Fort, una palacio con un muro de 9 kilometros que quita el aliento. Literalmente, no se cuantos escalones subi, pero me duelen las piernas.



Aca son todos tan atentos, no hay nadie que no abra las puertas de la casa u ofrezca un chai. Y asi fue como me invitaron a la casa de Chud, un amigo de mi anfritrion de Couchsurfing, y su hermana nos preparo el te. Eso es asi, las mujeres atienden. Son/somos sagradas, como las vacas. ¿Sera la leche? Es ambigua la sensación. Faltan libertades, como en casi todo el mundo, más que en casi todo el mundo.

Y los hombres en las calles, en su actitud y mentalidad. Por momentos India parece un pueblo lactante, infantil.



Leche, jengibre machacado, te, un poco de azucar. Tres hervores. Y listo.


Thandnywad. Thank you. Gracias.